sábado, 5 de diciembre de 2009

Océano Mar


El otro día, un amigo le devolvió a Pablo un libro prestado hace mucho tiempo (años): Océano Mar, de Alessandro Baricco. Me sorprendió volver a ver la familiar cubierta verde agua de nuevo; yo le regalé ese ejemplar a Pablo hace muchos años, cuando éramos novios y Baricco ocupaba un sitial privilegiado entre los autores que leíamos y compartíamos entre los dos. Una corriente literaria que existía entre ambos como una cosa más de las cuales se nutre una pareja recién formada.
Lo curioso, sin embargo, es que tal como le dije a Pablo cuando volví a ver el libro, probablemente hoy no me gustaría tanto como entonces. Recuerdo, por supuesto, una lírica, una cadencia, esa poesía en prosa que me gustó encontrar en esas páginas. Pero de alguna manera ya le solté la mano y ahora lo veo como a un viejo amigo que sin embargo ya no se admira tanto.
Como si se tratara de una fotografía de eso que fuimos y ya no somos, también la dedicatoria me resultó adorablemente anacrónica. Unas frases de puro amor de novios –promesa de lo que vendrá-, y un verso que por entonces yo atesoraba como un hallazgo único:

Cómo explicar con palabras de este mundo
Que partió de mí un barco llevándome

Me enterneció la memoria de ese día, la elección del verso, y tal como me pasó con Baricco, tampoco pudo evitar pensar que ahora no sería de Alejandra Pizarnik el fragmento escogido. Me pareció- injustamente de seguro- adolescente, inaugural. Cierta vez dije a J., cuando una nueva novia le hablaba embelesada de La Maga, que yo había querido parecerme a La Maga hasta los diecinueve años, que hasta entonces estaba bien, y que ahora (en ese momento) probablemente hubiese preferido ser… Katherine Mansfield tal vez, no lo recuerdo. Como si hubiera un escalafón de los sueños literarios donde el peldaño anterior pareciese inevitablemente pueril y el presente fuera un estandarte que nos identifica y nos muestra tal como somos.
Esos éramos nosotros, parece decir la primera página, garabateada con letra adolescente, de Océano Mar.

3 comentarios:

S.S. dijo...

Oceano Mar, es la segunda obra de Baricco por mi favorita. Recuerdo que la primera vez que lo leí me lo habías prestado vos. Gracias!! Luego, muchos años más tarde, me reecontré con ese libro y lo volvi a leer. De todos modos, de las obras de Baricco, yo prefiero Seda. Tal vez por ser una enamorada del amor, cosa que, seguramente me pasa, por no tenerlo...

S.S. dijo...

La primera vez que leí Oceano Mar fue gracias a ti, por habérmelo prestado. Luego, muchos años más tarde me reencontré con el libro y lo volví a leer. Sin embargo de las obras de Baricco prefiero Seda. Soy una enamorada del amor (pasional, por supuesto) y, seguramente me pasa, justamente por no tenerlo.

Caro dijo...

Sí... recuerdo habértelo prestado.
Aunque debo decir que con Seda lo comprobé empíricamente: lo volví a leer hace un tiempito y no podría dejar de preguntarme qué me había apasionado tanto...